jueves, 7 de septiembre de 2006

NO TEN9O PIERNAS, NI HERMANA, NI POESÍA

Ya no hay metáforas,
todo es la verdad en mi forma más primitiva.
Incluso lloro silvestremente.

Habría que barrer la casa.
Abrir una ventana, la puerta
o por lo menos abrirse una vena.
Nada.

Hay que dejar la pantalla
vul9ar del msn y recordar
cómo se usa el teléfono.

Reabrazar, resonreír, rehablar,
deshacer este pinche dolor reincidente.
No. No ten9o pies, ni cabeza.

Sobreviviendo de un solo modo:
silvestremente.

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