martes, 14 de noviembre de 2006

NO VALE LA PENA EL SUEÑO SI LA REALIDAD NOS VALE

Busco un lu9ar donde recostarme con libertad de ser real y de ser sueño. Donde no sean necesarias credenciales de poeta para declarar a 9ritos el tiempo en mis ojos.
Hoy en este difícil tránsito en silencio en que me siembro a mi misma, deseo un río en mis pies desbordándose rumbo arriba, mojándome el viejo vestido de piel de Luna.
Quiero pensarme la que olvido y la que aún no conozco, porque sí, también es momento de colar los propios días: el viento que dejaron los queridos, las queridas, la mirada del que no nombro porque no le pude nombrar amor, la marea ebria, la soledad amada. Todo aquello que, supon9o, debe res9uardarse.

Los días terminan en la fosa común de la memoria y cai9o una vez más fati9ada de silencio; cíclica mujer.
Buscaba san9re y vuelvo a ver a mi 9ente abonando la historia oculta, cerca la huelo, bajo mis pies que pedían a9ua encuentro nuestra herida tierra acostumbrada a comerse sus propias flores.
Mientras yo cai9o dentro de mi casi insostenible estática, mi pueblo hierve dentro de sí en una asfixia de injusticia y mierda venida de políticos circenses.
Hay más que decir, demasiado más. Sólo cuestiono si este podría ser el punto entre la realidad y el sueño.