miércoles, 4 de octubre de 2006

Buscándome


Y cuando una siente ke se keda desnuda a media calle, o en este callejón en ke se nos convierte la vida de pronto, cómo hacerle para señalarnos, apuntarnos nosotros mismos con el dedo mientras decimos "Yo" con toda la se9uridad de ke no incurrimos en e9oísmo y de ke hablamos con certeza. Cuando un día despertamos en nuestra cama, asimilando poco a poco ke estamos solos y ke la noche y las 9entes se han ido, cómo le hacemos para abrazarnos a nosotros mismos y decir "continúa" si en ese abrazo parecemos hundirnos en un hueco. Cuando sentimos ke caminamos y no andamos, ke hablamos y no decimos, ke estamos pero no sentimos, cuando nos ocurre la 9ran des9racia de perdernos a nosotros mismos y vamos por ahí diciendo nuestro nombre para recordarnos. Repitiendo...
Esos momentos en ke aun esta palabra me parece ajena y lejana.
Pero hay un latido siempre, hay nubes siempre, somos nubes, cambiando constantemente y sin embar9o siendo la misma materia en diferentes concentraciones. Hay un latido raro sin embar9o, que nos empuja cada mañana y nos echa a andar, pero volvemos por la noche sobre los mismos pasos y a9radeceremos ese instante ke la muerte nos presta en el dormir. Un latido inconstante que alza y derrumba, que traiciona siempre.
Sin embar9o uno más, otro latido verdaderamente má9ico, con el ke hemos vivido siempre en el interior, esa flor colorida, hermosa, viva ke soñamos aún en la penumbra de nosotros mismos. Latido que nos une a la tierra y al aire y al a9ua y a todo y a todos, que señala nuestro corazón con nuestros ojos, y por ese pulsar... volveremos a encontrarnos, a decir nuestro nombre con amor, a pronunciar la vida y esco9er nuestro camino verdadero, volveremos a abrazarnos y a sentirnos, a reír lo que habíamos olvidado. Ese latido es el ke me hace creer en este momento, porke lo oi9o llamarme, deseo el momento de asomarme nuevamente al a9ua de curación llena de pétalos rojos y encontrar ahí mi cara, mi rostro. Para poder compartir el mundo y hacerlo un poco más bueno.

Desde akí a Hernán y a Wons un abrazo.
junio(?) 2006.

*Fot. Flor Garduño, Abrazo de luz.




4 comentarios:

  1. pss aki
    pasando
    a saludar
    se mira bien
    el nuevo
    diseño de
    su pagina
    mas ordenado
    ese relato
    kreo k ya me lo habia
    topado
    siempre de adentro
    y pa juera
    va
    k ande chido
    haber si en stos
    dias nos topamos
    en el mesenjer
    ya tengo una lista
    de pelis
    jeje
    vavavavavavavavava

    ResponderBorrar
  2. Y sin embargo uno mas... Si, me encanta la señora Pizarnik. Gracias por tus comentarios y por tus poemas.

    ResponderBorrar
  3. Si tambien yo tamnien lo habia leído. Ojala que estes mejor cada ves. Nos vemos,

    ResponderBorrar
  4. Este mes, el primero, ya me lo aventé completito; no sé; ahora mismo no sé que decir. Me he emocionado mucho, porque no leí letras, sino que siento que te leí a tí misma; que creo, también consistes en ser de barro y de agua y de fuego. Consistes -y eso es mejor- en ser dolor y alegría, aunque, sobre todo creo percibir, que eres búsqueda. Uno no siempre puede decir lo que quiere con palabras ni con letras, por eso te digo que me he emocionado al leerte; porque como si estuviera yo ahí: te ví levantarte de una flor; te ví estremecerte desnuda con un libro; te ví no a tí, sino a tu sombra caminar sobre la luz de un ladrillero lleno de cemento, te ví llorando, durmiendo, llorando de nuevo, rogando, riendo, con miedo; y termine por verte llena de esperanzas. Dios ha sido muy generoso contigo (que de hecho lo es con todos) en ponerte en un camino -que como tu dices- está lleno de luz.

    Pepe

    ResponderBorrar